Paisajes nuestros: el Parque Nacional Pre Delta
En la localidad de Diamante se encuentra un lugar con una biodiversidad increíble y que cuenta con una importante afluencias de visitantes. El Parque fue creado el 12 de diciembre de 1991, ese día el Congreso Nacional sancionó su creación mediante la Ley Nº 24063/91.
Días atrás Rumbo a Entre Ríos estuvo recorriendo uno de los puntos más lindos y más visitados que posee nuestra provincia: el Parque Nacional Pre Delta, un lugar de ensueño, con mucho para hacer y con una biodiversidad increíble.
El Parque está ubicado en la ciudad de Diamante y posee una superficie de 2.608 hectáreas pertenecientes a la ecorregión Delta e Islas del Paraná.
Fue en 1986 cuando la Cámara de Diputados de la Nación solicitó al Poder Ejecutivo Nacional que, por intermedio de la Administración de Parques Nacionales, se analizara la posibilidad y conveniencia técnica de crear un Parque Nacional en la proximidad de Diamante.
Al año siguiente, la Provincia, y a raíz de acuerdos previos al respecto, por Decreto Nº 242/87, promulgado por Ordenanza Nº 14/87, dona al Estado Nacional una fracción de campo anegadizo, a orillas del Río Paraná en la zona de Diamante, para la creación de un futuro Parque Nacional.
Tiempo después la Municipalidad de Diamante y la Administración de Parques Nacionales firman un acuerdo de colaboración recíproca a fin de determinar las condiciones a las que se ajustaría la creación proyectada.
Finalmente, el 12 de diciembre de 1991, el Congreso Nacional sanciona la creación del Parque Nacional Pre Delta mediante la Ley Nº 24063/91.
¿Qué hacer?
Algunos lugares para visitar antes de una visita al Parque Nacional Pre Delta son los siguientes:
*Paraje La Jaula (camping, senderos pedestres, salida de las excursiones en lancha).
*Paraje Las Mangas (desembarcadero, sendero pedestre, mirador).
*Paraje La Azotea (vista panorámica del Parque).
*Entre Diamante y Paraná, sobre la Ruta Provincial 11, se suceden las pintorescas aldeas de los alemanes del Volga (Aldea Protestante, Valle María, San Francisco, Spatzenkutter, Salto y Brasilera).
*Al sur espera Victoria, con su abadía benedictina, sus estancias turísticas y sus excursiones náuticas.
*El Área Recreativa del Parque, en el Paraje La Jaula, cuenta con un campamento agreste, luz, baños, mesadas, fogones y proveeduría.
En Diamante hay hoteles, hosterías, hospedajes, bungalows, restaurantes, casas de comida, supermercados y estaciones de servicio.
Biodiversidad
El ecosistema, ubicado en la ecorregión del Delta e islas del Paraná, atesora una muestra representativa de islas, arroyos, lagunas y riachos cercanos al río Paraná. Justamente este gran río es quien, en el oeste entrerriano, aporta sedimentos desde las tierras del norte argentino con los que se conforman las islas.
Además, el Paraná es un corredor de biodiversidad que aporta en la región sureña animales y plantas de regiones norteñas como la selva misionera y el Chaco.
Las dinámicas de los grandes ríos, con mareas y sudestadas, modelan el paisaje continuamente, otorgándole una fisonomía en constante cambio.
El cuanto al clima, es templado húmedo. Las temperaturas medias van desde los 23ºC en verano (con máximas superiores a los 40ºC) y los 13 °C en invierno (con eventuales heladas). Hay entre 800 y 1.020 mm anuales de precipitación, concentrados entre enero y mayo. Los vientos del Sudeste generan aumentos en el nivel de ríos y arroyos.
La temporada más propicia para visitar el Parque es en otoño y primavera, con tiempo agradable durante el día y noches frescas.
En relación a la flor, en los límites del Parque Nacional la selva ribereña se manifiesta exuberante en la barranca natural de la zona llamada La Azotea.
En las lagunas que se forman en las características zonas centrales deprimidas de las islas, los irupés de enormes hojas flotantes destacan entre la vegetación circundante.
En los sitios más altos, se manifiestan los bosques ribereños de sauces criollos, timbós, alisos de río y ceibos (Erythrina crista-galli) y en las zonas de transición bosques de espinillo, pajonales y varillales de duraznillo.
En cuanto a la fauna, en la selva ribereña viven hermosas aves como palomas picazuros, celestinos, brasitas de fuego y fruteros imperiales los cuales conforman un elenco notable.
En las zonas de aguas abiertas el martín pescador grande sobrevuela en busca de posibles presas, generalmente acompañado de chajás, patos, garzas, cigüeñas, gallaretas.
Entre los mamíferos se pueden encontrar carpinchos, comadrejas coloradas y gatos monteses. Bajos las aguas, cardúmenes de sábalos, dorados, surubíes y mojarras se dan cita constante.
El Parque Nacional ampara especies amenazadas como el lobito de río, la chanchita y una población del yacaré overo.
Además se han registrado unas 185 especies de peces.